"Margo Martindale, es una auténtica pistola", dice Rose Byrne mientras toma unos huevos en un café mediterráneo en el East Village de Nueva York. Byrne, vestida con una blusa blanca impecable y jeans Chloé de pierna ancha azul oscuro, acaba de regresar a la ciudad después de pasar cinco meses en ...
Sigue leyendo