Monique Lhuillier nunca deja de organizar un espectáculo nupcial fantástico. Y ella colección otoño 2016 no fue diferente: la diseñadora transformó el espacio de su estudio en un jardín con paredes goteando lavanda. "Imaginé a esta novia etérea corriendo por este jardín", dice Lhuillier. "Se trata de ser libre, elegante y sin esfuerzo".

Llevó el tema del jardín a sus vestidos de novia, bordando delicados rosetones aquí y allá. Y para capturar el movimiento, Lhuillier aumentó el drama con voluminosas faldas que se hincharon hasta la cintura. También introdujo nuevas técnicas, como la impresión y el collage de encaje sobre encaje, escotes asimétricos y bola desmontable. faldas de vestido (que van desde amplias adornadas con plumas hasta cortes esculpidos de alto a bajo) que se pueden quitar para la boda recepción.

Y finalmente, para el toque final, dice Lhuillier: "La colección fue espolvoreada con cristales y abalorios". Más de 500.000 cuentas, de hecho. "Pero se hace con una mano ligera, nunca sientes que un vestido está exagerado", explica. "Quería que la colección fuera pura fantasía, quería recordarle a la gente que esto es lo que hago".