Para los no adoctrinados, una breve introducción a la La clase (no preguntes cuales clase, es La clase): Entras en un estudio abarrotado en el Bajo Manhattan con ventanas del piso al techo, iluminado por tenues lámparas de cristal y velas votivas blancas. Música contagiosa pulsa de fondo, y saltas, sacudes, giras —en ocasiones incluso gritas— hasta el punto de fatiga, y luego saltas, te sacudes y giras un poco más. Una hora agotadora y catártica después, sales sintiéndote como si acabaras de tener una sesión de terapia muy sudorosa. Entonces, ya sabes, es solo un poquito diferente de hacer la elíptica durante una hora mientras miras Amas de casa reales.

Tiene sentido entonces, que cuando Lululemon le pidió a la fundadora de la rutina, Taryn Toomey, que diseñara una colección especial para la marca, ella se apartó de su equipo atlético promedio. Imagine tonos pastel terrosos en lugar de siluetas negras, ágiles e inspiradas en bailarinas (incluido el maillot perfecto que combina con todo) y, en lugar de una especie de chaqueta deportiva, un "

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capa de meditación”Para lanzar después de la clase. Dicho esto, ¡no dejes que las vibraciones zen te engañen! Gracias a la tecnología exhaustivamente desarrollada de la marca con sede en Vancouver, que incluye tela transpirable y calces como una segunda piel, la línea sigue siendo lo suficientemente resistente como para soportar un entrenamiento intenso.