Como muchos neoyorquinos, soy una mujer muy estresada. El caos de Manhattan se manifiesta en mi espalda muy rígida y en mi mandíbula. Subconscientemente, hago rechinar los dientes cuando tengo una fecha límite, estoy atrasado en mi lista de tareas pendientes y cuando estoy pensando demasiado. Tam...
Sigue leyendo