Al crecer, mi exposición a las bodas se limitó a las películas de Julia Roberts y al álbum de bodas de mis padres (super 80). Las novias, como las conocía, en toda su blancura esponjosa e intocable, me incomodaban un poco. ¿Y su pandilla de amigos con vestidos de satén a juego? Bueno, eso simplem...
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